“Todo lo que el presidente Lula pretenda está dentro de sus deseos y se lo respetamos, pero el Presidente no cometió nada de lo que tenga que arrepentirse, al menos por ahora”, afirmó hoy el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante su habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada.
El portavoz contó que Milei se cruzó casualmente con su par brasileño durante la cumbre del G7 que se realizó en Italia y que se saludaron “cordialmente como corresponde a dos presidentes de dos naciones”. En ese marco, confirmó que el Presidente participará de la Cumbre del Mercosur el próximo 8 de julio en Paraguay “salvo que algo cambie” en los próximos días.
“No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías. Sólo quiero que él pida disculpas. Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina. No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”
“El pueblo brasileño y argentino es mayor que los presidentes. Ellos quieren vivir bien, quieren vivir en paz. Si el presidente de Argentina quiere gobernar Argentina está bien, que no intente gobernar el mundo”, agregó al ser consultado sobre por qué no había tenido contacto con el líder libertario en la cumbre del G7, en Italia.
Lula también dijo que su Gobierno trata “con mucha diplomacia” el caso de decenas de activistas bolsonaristas que participaron en la asonada golpista del 8 de enero de 2023 en Brasil y huyeron hacia Argentina en los últimos meses, después de que Milei asumió la presidencia en ese país. El mandatario brasileño explicó que existen informaciones de que sobre algunos de los fugados existen ya sentencias firmes y que su gobierno analiza si pedirá formalmente la extradición o exigirá que, “en caso de que no quieran venir, que vayan presos en Argentina”.
Milei y Lula aún no han mantenido un encuentro formal, a pesar de que Brasil es el principal socio comercial de la Argentina y de la histórica relación entre ambos países. De hecho, el brasileño no participó de la asunción del líder libertario el 10 de diciembre pasado, a pesar de estar invitado. “Se sintió ofendido”, confirmó por aquellos días Celso Amorin, asesor especial de asuntos internacionales del gobierno de Brasil.