Anoche se conoció que el DNU elaborado por el presidente Javier Milei prevé desregular el mercado de la yerba mate, dejando al Instituto Nacional de la Yerba Mate ( INYM), como una institución de control y estadísticas del sector pero sin la potestad fijar precios , una de las tantas funciones que “cumplía” desde su creación en el año 2002 con acuerdos anuales y luego semestrales que generalmente no llegaban a buen puerto ya que la falta de acuerdo llevaba a que el precio termine siendo fijado por laudo nacional, y solo en escasas oportunidades , me atrevo a decir que contadas con los dedos de una mano se logró fijar locamente el valor de la materia prima, pero eso es un capítulo aparte.
Ante la medida dada a conocer, las reacciones del sector productivo fueron diversas, muchos a favor coinciden que de nada sirve una institución que no termina de cumplir sus funciones, y muchos con incertidumbre se manifiestan en contra por temor a que la libre competencia afecte a los pequeños productores, una mayoría importante en la provincia.