“La campaña no termina hasta que Sergio Massa sea el próximo presidente”, fue lo último que dijo el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, sobre el escenario del Complejo C. Art Media en el barrio porteño de Chacarita. El mandatario se impuso con holgura a sus competidores, Néstor Grindetti (PRO) y Carolina Píparo (LLA) y continuará el frente del Ejecutivo bonaerense por otros cuatro años. Los números fueron contundente con 18 puntos de ventaja sobre Juntos que quedó en segundo lugar y abren una nueva etapa, también, en el devenir del peronismo de la provincia de Buenos Aires. Kicillof solo enfoca en el balotaje del próximo 19 de noviembre. Sabe que el empuje de la provincia que gobierna será vital para que Sergio Massa sea el próximo presidente. En el medio, se dio lugar a un festejo semi íntimo en el primer piso del complejo C.
Fue uno de los grandes ganadores de la noche y el primer candidato en aparecer en escena ante la militancia en el búnker de Unión por la Patria. No lo hizo solo. Subió a casi todo su Gabinete al escenario; en realidad a los más leales. El clima del entorno de Kicillof fue mutando con el correr de la jornada. Siempre con expectativa de un triunfo, aunque con menos diferencia de la que finalmente arrojaron los resultados oficiales, esperaron a los primeros números para festejar. En la previa, en la carpa de prensa, el Jefe de Asesores del gobierno y mano derecha de Kicillof, Carlos Bianco, hablaba de que iba a “haber señales”, de un triunfo.
Pasada la medianoche seguían los festejos del kicillofismo en el búnker de UP. “Es para Axel la reelección”, cantaban en el primer piso del complejo C. Allí estaban buena parte del gabinete y otros funcionarios provinciales además de Kicillof y familia. También corearon a Carlos “Cuto” Moreno, diputado provincial de UP y uno de los promotores de la candidatura bonaerense de Kicillof antes de 2019.
Tres días antes de la elección, en una entrevista con Infobae, el mandatario decía que las encuestas lo daban ganador y con Massa entrando al balotaje. Decía, también, que no creía en esas mediciones.
Este domingo Kicillof agradeció a los intendentes del oficialismo y a los candidatos electos. Esta vez, los jefe comunales del peronismo tuvieron un rol más protagónico o al menos mejoraron el caudal de votos en sus distritos, sobre todo en lo que respecta a los sufragios que obtuvo Sergio Massa. “Las medidas de Sergio también ayudaron a los intendentes y en los distritos que ganamos”, decían desde el equipo de campaña de Massa con el lugar ya asegurado en el balotaje.
El peronismo recuperó municipios importantes que eran objetivos propios de la campaña bonaerense: Bahía Blanca, Lanús, Olavarría. También se impuso en otros distritos como Brandsen, Pinamar o Azul. La particularidad es que la mayoría de los candidatos son de La Cámpora. La Orga se ocupó de remarcar ese detalle. La convivencia Cámpora-Kicillof para el período que viene es una interrogante.
En el escenario, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, fue el único jefe comunal que subió a escoltar al gobernador. En La Matanza, el distrito más grande la provincia, Massa recuperó votos a lo que fueron los guarismos de agosto. La presencia de Espinoza fue también un respaldo a la vicegobernadora Verónica Magario. La matancera estuvo al lado de Kicillof en el escenario y se llevó sus aplauso. Atrás quedaron las internas en la que un sector del peronismo pugnó por su lugar. Kicillof la respaldó cuando fue el cierre de listas y ambos resistieron la presión consiguiendo repetir fórmula electoral. En La Matanza, Kicillof ganó con el 54,64% de los votos. Porcentualmente, obtuvo más votos que Espinoza y que Massa en el distrito de mayor peso electoral de la Provincia.
El gobernador le agradeció a la vicepresidenta Cristina Kirchner y ratificó su rol de conductora. Fue allí cuando la gente empezó a cantar “Si la tocan a Cristina…”. No fue lo único que le corearon. Hubo saludos hacia Kicillof que en un pasaje de su discurso se mostró conmovido al agradecer a su madre, esposa e hijos, que seguían el discurso entre el público. De hecho, al terminar, bajó a saludarlos y sacarse con su familia entre la multitud.