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2 abril, 2025, 17:08

Lo que no se vio de Boca-Racing: las reacciones de Benedetto con Almendra, la gambeta a la ley de Rojo y los dos favoritos de La Bombonera

A los clásicos cánticos coperos de la hinchada azul y oro se le sumó una estruendosa silbatina cuando las voces del estadio leyeron el nombre y apellido de Agustín Almendra en la formación (suplente) rival. Un rato antes, desde las tribunas se habían oído insultos directos hacia el ex Boca: “Almendra, hijo de p…, la p…, que te parió” y “ole-le, ola-la, a todos los traidores los vamos a matar”. El clima hostil para con el mediocampista surgido en la cantera boquense que se marchó libre a Racing, club del que es confeso hincha, estuvo incluso por encima del que se generó en torno a una figura innombrable como un ex River como Juanfer Quintero.

Existió un respetuoso aplauso para Fernando Gago, como ya había ocurrido en otras oportunidades, y otros chiflidos para el colombiano Quintero. Entre los más aplaudidos de la alineación del dueño de casa estuvieron, sin lugar a dudas, Valentín Barco y Edinson Cavani, a quien le siguen valorando la actitud de haber firmado en la Ribera y con una cuota de nostalgia por aquella idolatría que generaba en los 90 su compatriota Manteca Martínez, hacen resonar el “u-ru-guayo, u-ru-guayo”, cada vez más fuerte.

Con las tribunas coloreadas por los globos largos azules y amarillos, los equipos saltaron al campo de juego escoltados por el cuerpo arbitral que comandó el brasileño Wilton Sampaio y en ese instante Marcos Rojo se saltó una parte del protocolo de ingreso. Al igual que había hecho antes del Superclásico que Boca le ganó a River 1-0 con gol de Darío Benedetto de cabeza, el capitán no contuvo las ansias de saludar a su público desde la mitad de la cancha y rompió filas luego de atravesar el cartel de la Conmebol. Así fue que mientras los jueces se pararon para la formación y saludo inicial junto al plantel académico, el número 6 condujo a sus compañeros hasta el círculo central y fue el primero en levantar los brazos.

Estos protocolos europeos son lo que justamente le quitan algo de folclore a la pasión sudamericana que tan cotizada está a nivel internacional. Pero como los reglamentos están para cumplirse, al Xeneize le podría caber una sanción disciplinaria por este gesto: en los papeles, por saltearse una de estas normas en la instancia de cuartos de final, se multa económicamente al club con al menos 12.000 dólares.

Tras la confusión que generó el gol convertido por Cavani a los 2 minutos de juego porque un alcanzapelota había acomodado el balón en el cuarto de círculo para que Barco asistiera al uruguayo, algo que fue observado por Sampaio, Rojo corrió hacia ese sector para protestarle al juez y exigirle que reviera su postura -e incluso consultara con el VAR si era necesario-, a la par de Pol Fernández. No hubo caso: al mismo tiempo que los fanáticos insultaron a la Conmebol por la determinación del referí, el brasileño dejó continuar la acción y echó al pasapelotas.

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