El Turismo Competición 2000 (TC 2000) busca salir de su peor momento en sus 44 años y para ello apuesta fuerte con una renovación de sus autos a partir de un cambio de concepto histórico para captar a las fábricas. Pero el otro foco está puesto en un talento argentino, Gustavo Estrada, que es el responsable de desarrollo aerodinámico de Mercedes AMG, es la división deportiva de la marca alemana y que estuvo a cargo del One, el modelo de calle que tuvo la tecnología de Fórmula 1, donde la casa germana ganó siete títulos de Pilotos y ocho de Constructores de forma seguida entre 2014 y 2021.
El plan de la categoría se basa en poder renovar su parque automotor con una modificación esencial, dejando de lado los tradicionales cuatro puertas o los cupé por los SUV (Vehículo Deportivo Utilitario), que es una de las gamas más vendidas en el mercado nacional. Al poner en pista esta clase de coches, con las modificaciones deportivas del caso, se busca seducir a las terminales automotrices para que puedan sumarse con equipos oficiales. En la actualidad hay solo dos escuderías con apoyo de fábrica, Toyota y Honda.
“Está confirmado que se incorpora un técnico que trabaja en Mercedes AMG en la parte de Motorsport que va a ser el encargado junto a Sebastián Mauriño (destacado chasista del automovilismo nacional) del desarrollo y la puesta en marcha de la SUV. Se llama Gustavo Estrada. Es un ingeniero argentino que vive en Alemania y es el responsable de todo lo que es performance, túnel de viento, de competición de Mercedes AMG. Buscamos la excelencia y apreciar todo lo que se pueda aportar”
Estrada es tucumano y desde hace varios años trabaja para la casa de Stuttgart. “Hubo una reunión muy importante desde Alemania con los equipos en la que se va a presentar el plan de trabajo con el objetivo de que a mitad de año esté la primera SUV en pista. Eso va a ser muy bueno porque va a haber una nueva motorización para las SUV, eso es una realidad”
El TC 2000 siempre se distinguió por usar autos de calle preparados y fue una atracción para las fábricas. En su mejor época Renault vivió un furor con su cupé Fuego y los éxitos de Juan María Traverso le generaron un boom comercial a la marca del Rombo, que en 1988 se vio obligada a pintar sus autos de negro por la demanda del público, ya que el Flaco de Ramallo corrió con ese color por un pedido de su principal sponsor, una marca de jeans.
Hacia fines de los años noventa, en un contexto económico diferente, los equipos comenzaron una “carrera armamentista” para importar de Europa y Japón los mejores elementos para sus motores. Con la devaluación del peso en 2002, la categoría se encareció y en 2004 se cambió de forma drástica el reglamento y hubo unificación de varios elementos para bajar los costos. Pero ya era tarde y en 2009 Oreste Berta salvó al TC 2000 con sus monomotores. El Mago de Alta Gracia accedió al llamado del entonces presidente, Pablo Peón, pero tres años más tarde, algunas fábricas como Ford no aceptaron que sus autos siguieran con un motor que no era genuino y la casa del Óvalo decidió sacar su equipo oficial.
Pero el tema de los monomotores no es tema solo del TC2000. El automovilismo mundial apunta a pocos proveedores de fierros por categoría con el objetivo de abaratar costos y por caso la F1 ahora tiene solo cuatro: Mercedes, Ferrari, Renault (Alpine) y Red Bull Powertrains, el departamento de impulsores de la escudería austriaca.