La relación entre Santiago del Moro y los participantes de Gran Hermano está cada día más afianzada, ya que es su único contacto con el exterior, entonces cada intervención del conductor es vista como una bocanada de aire desde el exterior. Teniendo eso en cuenta es que él se siente también por momentos un participante más, y no es sólo un chascarrillo para las cámaras el hecho de que le interesaría también poder ingresar y ser parte de un momento con ellos.
Pese a sus ganas, él mismo reconoció que “Gran Hermano no me deja”, así que mientras tanto la relación entre ellos será a distancia, como en la última gala, donde para tratar de conocer más sobre el día a día tuvo un intercambio con “La Tora”, quien se vanagloriaba del pastel de papa que en breve iban a cenar los hermanitos. Tras mostrárselo, se ofreció a llevarle una porción a Del Moro a través del box de intercambio, con la condición de que haga una devolución sobre lo probado.
Con esa propuesta, quien puso el grito en el cielo fue Romina, que aseguró que los últimos días había dejado unas galletitas para que el conductor pruebe y le habían sido devueltas. Ante ello, Santiago se mostró confundido ya que nunca había tenido noticias de ese envío, por lo que se ofreció a probar en cámara el famoso pastel de papa, momento en que “la Tora” lo sirvió en un plato y lo llevó al lugar destinado al intercambio de productos.
Finalmente, al estudio llegaron tanto el pastel de papas, como las galletitas preparadas por Romina e incluso una pizza también preparada allí. Y sin dudarlo, abrió la cámara para que los hermanitos puedan ver su reacción al probar las distintas comidas. En el momento del pastel de papas se mostró muy contento: ¡Muy bueno! ¡Parece de rotisería, profesional!”, a la vez que aclaró que le gusta mucho más esa versión que las realizadas con batata o con zapallo.