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18 marzo, 2025, 18:44

Perdió a su hija por una enfermedad, volvió a correr y fue campeón de TC: la historia del “Gaucho” Jorge Martínez Boero

Fue un fiel exponente del automovilismo de otra época y hace 40 años Jorge Martínez Boero alcanzó la gloria al ser campeón de Turismo Carretera. El Gaucho de Bolívar, como se lo conoció, que poco tiempo antes había vuelto a correr luego de la muerte de su hija Paula, fue el hombre de campo de perfil bajo, el que no se le cayó ningún anillo al ir a las carreras con su Citroën 3CV. Su consagración llegó en la temporada que resurgió la popular categoría.

Nació el 23 de mayo de 1937 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, pero se mudó a La Plata para estudiar medicina. Aunque luego se trasladó a América, un pueblo de 11 mil habitantes a menos de 200 kilómetros de Bolívar, donde estaba el campo de su familia. En esa localidad del interior de la provincia de Buenos Aires también potenció su otra pasión, el automovilismo.

Debutó en el TC con un Chevrolet, el 17 de septiembre de 1967 en la Vuelta de Olavarría. Terminó 10º. Más tarde se sumó al equipo semioficial de la Comisión de Concesionarios con un Chevrolet 400 que tuvo a cargo a dos preparadores íconos de la marca como Jorge Pedersoli y Omar Wilke.

En 1974 se consolidó como uno de los mejores corredores y luchó por el título producto de sus dos victorias en las Vueltas de Laboulaye y Bragado. Se ubicó tercero en el campeonato detrás de los corredores oficiales de Ford, Héctor Luis Gradassi Juan María Traverso.

La enfermedad y posterior fallecimiento de su hija Paula lo alejó de las pistas hasta inicios de la década del ochenta, cuando aceptó la propuesta del Quilmes Automóvil Club (QAC) que nació en 1976 a raíz de la peña “La Espumita Quilmeña”, una de la tantas que ayudaron a los pilotos y que había arrancado un año antes. Estas entidades organizaron eventos como cenas y rifas para recaudar fondos que les permitieran costear un auto de carrera y de esa forma lograr que su crédito local pudiera representarlos. El tener un corredor en el TC era uno de los máximos orgullos para un pueblo o ciudad.

Aunque en este caso el QAC se decidió por Martínez Boero que que no era de la zona, pero decidieron apostar por él y volvió a la acción con un Ford que fue construido por Mario Di Pietro y Roberto Monllor, mientras que en los motores contaron con el asesoramiento de José Miguel Herceg, quien había estado a cargo del oficial del Óvalo entre 1972 y 1979.

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